El guarnicionero del Rey by Javier García Hernáez

El guarnicionero del Rey by Javier García Hernáez

autor:Javier García Hernáez
La lengua: spa
Format: epub
editor: Ediciones Oblicuas
publicado: 2022-11-07T15:18:07+00:00


Encuentro con el pasado

Los últimos sucesos llenaron de optimismo al rey; parecía que se le iba allanando el camino para la consecución de su obsesivo objetivo de ser rey de todas las Españas. Pero no le duró mucho la euforia; en poco tiempo vio como de manera inesperada perdía el apoyo de algunos de los más influyentes nobles que hasta ahora habían permanecido fieles a su causa.

El conde Ansúrez, que había apadrinado la boda en el castillo de monzón haciendo cumplir así la voluntad de Alfonso VI, padre de Doña Urraca, había apoyado desde el primer momento las pretensiones del aragonés y, por tanto, había desatendido la voluntad de Doña Urraca. Ahora, después de varios años, ha hecho un giro inesperado, retira su apoyo al rey y se ofrece a la reina como uno de los más entregados súbditos suyos, poniendo a su entera disposición sus bienes y la fuerza militar de la que dispone. El conde Ansúrez, como señor de Valladolid, tenía mucho poder e influencia en Castilla.

También, de manera sorprendente, Enrique de Portugal, que públicamente siempre se había declarado partidario del rey de Aragón e incluso había enviado sus tropas en varias ocasiones para ayudarle a conseguir grandes victorias en batallas importantes, retiró su apoyo al rey y se mostró como fiel aliado de su sobrina Doña Urraca.

Al perder los apoyos más poderos que tenía para lograr su propósito, no le quedó más remedio que cambiar de táctica. Pese a su profundo sentido religioso, ignoró la anulación papal de su matrimonio producida por consanguinidad, y en un intento por acercarse a la reina le propuso una nueva reconciliación. Pero la reina ya no iba a aceptar un nuevo intento por salvar su matrimonio, segura como estaba de que solo llevaría a un nuevo fracaso. Le resultaba completamente imposible congeniar con el rey. Así que se reunió con sus consejeros para informarles que había tomado la firme determinación de gobernar los reinos que tenía bajo su autoridad implicándose personalmente en conocer el estado de esos reinos y tomar las decisiones que fueran necesarias para lograr el bien para sus reinos y para sus súbditos.

Esto irritó el orgullo del rey, que no capituló en su intención de lograr la corona de todos los reinos de España. Aseguraba que tenía el derecho a ellos a causa de la boda concertada por el rey Alfonso VI. Obsesionado con esa idea comenzó una campaña para desestabilizar, y con ello debilitar, los reinos de Castilla y de León.

En el transcurso de esa campaña llegó a Carrión y acampó dentro de le ciudad; sabía la importancia de conseguir apoyos allí para debilitar a la reina. Mientras pasaban por sus calles, Hernáez tuvo una extraña sensación, habían transcurrido más de ocho años, casi nueve, desde la última vez que anduvo por esas calles; estaban prácticamente igual que entonces. Al ver las calles, los rincones, las piedras de su niñez, los sitios por donde había paseado de la mano de sus padres, donde había jugado con los chicos de su edad, se le humedecieron los ojos.



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